25 may 2011

Aprendices solidarios ante el abandono y la vejez

Con amor, atención, y palabras de aliento, aprendices del Centro de Biotecnología Industrial de Palmira visitan la “Casa de la Misericordia-El Señor de los Milagros” Obra Jesús Pobre, como gesto de solidaridad y sensibilidad ante la realidad que viven más de un centenar de personas abandonadas.


Mercedes Escobar, es una mujer que lleva 22 años como voluntaria y conoció el albergue cuando era una “choza” con cinco ancianos. Ella con la nieve de los años en su cabeza cuenta las bendiciones de este lugar, que ahora tiene 130 ancianos y 70 indigentes, que duermen, desayunan, almuerzan, cenan y viven, gracias a la Misericordia de Dios y a las ayudas voluntarias de generosos que donan alimentos, ropa, medicamentos y vienen a prestar sus servicios de aseo, enfermería y cuidados”.


Unidos a esta causa, el Capellán Miguel Marín y veinte aprendices del Club “de Líderes Sociales y de La Fuerza del Ser” realizan visitas al albergue de Palmira, con distintas especialidades para conocer las necesidades y ayudar con su conocimiento y afecto a 130 abuelos en abandono total.

“El propósito de la visita es sensibilizar a los jóvenes frente a una condición inevitable del ser Humano, “la vejez”; que despierten su sentido humanitario y ayuden a mejorar la calidad de vida de estas personas con el conocimiento que están adquiriendo en el SENA”, afirmó el sacerdote Miguel Marín.

Los jóvenes con su alegría ayudaron a servir los alimentos, oraron y sirvieron de compañía a los viejos que por unas horas volvieron a sentir el calor de hogar que tuvieron años atrás. Por ahora los aprendices seguirán recorrieron las instalaciones de la casa de la Misericordia identificando problemas eléctricos, de soldadura, ebanistería, de salud ocupacional, entre otros, para brindar una solución a una comunidad sin dolientes que muere en el anonimato.